La cervicalgia es un dolor que se localiza en la región cervical, la zona que comprende desde la base del cráneo hasta la séptima vértebra cervical. Este tipo de dolor puede manifestarse de diferentes formas, siendo una de las más comunes la que se irradia hacia la parte posterior de la cabeza, zona frontal y los ojos, y en ocasiones también hacia los brazos, codos y dedos de las manos.
En este artículo, hablaremos sobre las causas, síntomas y tratamientos de la cervicalgia para que puedas entender mejor esta afección y cómo abordarla.
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Causas de la cervicalgia
La región cervical es una de las zonas con mayor movilidad del cuerpo, por lo que es más propensa a sufrir alguna lesión en algún punto de sus siete vértebras cervicales. Las causas más comunes de la cervicalgia son:
- De tipo degenerativo o crónico: se va produciendo un desgaste de vértebras y articulaciones, y los discos se van deshidratando, pudiendo ocasionar cervicobraquialgias (radiculopatía cervical que irradia hacia el brazo), artrosis, aplastamiento vertebral, entre otras afecciones.
- De tipo mecánico/postural y tensional o aguda: las fuerzas ejercidas por el músculo repetitivas o mantenidas en un corto periodo de tiempo provocan que se forme la contractura.
- De origen infeccioso: como una meningitis.
- Inflamatorio: como la espondilitis.
- Traumático: como un accidente de tráfico.
Tipos y síntomas de la cervicalgia
Existen diferentes tipos de cervicalgia, cada una con síntomas y características específicas. A continuación, los mencionaremos.
Neuralgia de Arnold
La neuralgia de Arnold es una afectación del nervio que sale por la raíz de las primeras vértebras cervicales, en concreto de C2-C3. Esta afección ocasiona molestias en la parte posterior de la cabeza y cuello, a menudo confundiéndose con cefaleas tensionales.
Neuralgia del Trigémino
La neuralgia del trigémino es una afectación del V nervio o par craneal, ocasionado por estímulos faciales de compresión de un vaso (arteria o vena de forma hereditaria), irritación del nervio en su trayectoria mandibular o por un desgaste de la vaina que lo recubre causado por esclerosis múltiple.
Parálisis facial
La parálisis facial puede ser de origen sensitivo (parálisis de Bell, una de las más frecuentes) o motora del nervio facial, debida a causas internas como tumores, infecciones por causas metabólicas y problemas vasculares o externos como traumatismos craneales.
Vértigos y mareos
Los vértigos son alteraciones de una parte del oído interno que pueden ser periféricas, como el vértigo paroxístico posicional benigno causado por un trastorno del órgano del equilibrio, o central, causado por enfermedades vasculares cerebrales.
Consejos para prevenir la cervicalgia
Además de los tratamientos y cuidados mencionados, existen ciertos consejos que pueden ayudar a prevenir la cervicalgia y reducir su incidencia. Algunos de ellos son:
- Mantener una buena postura: Es importante mantener una buena postura mientras se está sentado o de pie, ya que esto reduce la tensión en la columna cervical y evita la aparición de dolores.
- Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a mantener la flexibilidad y la fuerza en la columna cervical, lo que reduce el riesgo de sufrir lesiones.
- Evitar la sobrecarga muscular: Es importante evitar la sobrecarga muscular en la columna cervical, ya sea por levantar objetos pesados o mantener una mala postura durante largos períodos de tiempo.
- Realizar pausas regulares: Si se trabaja sentado frente a un ordenador, es importante realizar pausas regulares y levantarse para caminar o estirar los músculos.
- Usar una almohada adecuada: El uso de una almohada adecuada puede ayudar a mantener una buena postura mientras se duerme, lo que reduce la tensión en la columna cervical.
En conclusión, la cervicalgia es un dolor en la región del cuello que puede ser causado por diversas razones, incluyendo lesiones, malas posturas, artritis y estrés. Los síntomas pueden variar desde dolores leves hasta limitaciones en el movimiento del cuello y dolor de cabeza. Los tratamientos incluyen terapia física, medicamentos, ejercicios de estiramiento y técnicas de relajación.
Es importante buscar atención médica si los síntomas persisten o empeoran. Con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, muchas personas pueden encontrar alivio y mejorar su calidad de vida.